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José María Arguedas |
1911 - 1969 |
Escritor y antropólogo |
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Amante de la literatura quechua y estudioso del folclore de su país, el peruano José María Arguedas Altamirano supo combinar, a lo largo de su carrera, sus actividades de novelista y traductor de libros en lengua indígena con las tareas de etnólogo.
La infancia de este peruano nacido el 18 de enero de 1911 en Andahuaylas no fue fácil. Tras la muerte de su madre, su padre (Víctor Manuel Arguedas Arellano) se casó en segundas nupcias y llevó a toda su familia a vivir, primero al pueblo de Puquio y luego a San Juan de Lucanas. Tiempo después, a causa de razones políticas que impidieron que su padre continuara como juez, José María quedó a cargo de su madrastra y hermanastro, mientras Víctor Manuel se ganaba la vida como abogado itinerante.
Cansado ya de ser tratado como sirviente por la nueva familia de su padre, el futuro escritor decidió escaparse, en 1921, junto a su hermano Arístides. Juntos se refugiaron en la hacienda Viseca, donde convivieron durante dos años con los indios, período en el cual aprendieron sus costumbres y su idioma. Dos años después, su padre volvió a buscarlos.
Tras recibir formación académica en Ica, Huancayo y Lima, este joven interesado por el desarrollo tanto de la cultura occidental como de la indígena, ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima para estudiar Literatura.
A partir de 1935, José María comenzó a publicar sus obras, dentro de las que se destacan “Agua”, “Yawar fiesta”, “Diamantes y pedernales”, “Los ríos profundos”, “Todas las sangres” y “El zorro de arriba y el zorro de abajo”. Pero no toda su vida giró en torno a la literatura: también trabajó como auxiliar de la Administración Central de Correos de Lima, fue nombrado profesor de castellano y geografía en el departamento de Cusco (cargo a través del cual descubrió su vocación de etnólogo), colaboró con el Ministerio de Educación (donde fue designado Conservador General de Folklore y Jefe de la Sección Folklore, Bellas Artes y Despacho), representó al profesorado peruano en el Congreso Indigenista Interamericano de Patzcuaro, fue nombrado Jefe del Instituto de Estudios Etnológicos del Museo de la Cultura Peruana y dirigió la revista “Folklore americano”, entre otras actividades.
Pese a sus logros profesionales (que le valieron los premios Fomento a la Cultura en las áreas de Ciencias Sociales y Literatura, y el Inca Garcilaso de la Vega), la política cultural de su país provocó en José María Arguedas una gran decepción, motivo por el cual, en 1966, el escritor tuvo su primer intento de suicidio, hecho que volvería a repetirse el 28 de noviembre de 1969. Sin embargo, en esta segunda oportunidad el resultado fue el que él buscaba: cuatro días después de pegarse un tiro en la cabeza, el autor perdió la vida. |
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Agua
(1935) |
Su primer libro reúne tres cuentos con el título de Agua (1935), que describen aspectos de la vida en una aldea de los Andes peruanos.
En estos relatos se advierte el primer problema al que se tuvo que enfrentar en su narrativa, que es el de encontrar un lenguaje que permitiera que sus personajes indígenas (monolingües quechuas) se pudieran expresar en idioma español sin que sonara falso. Ello se resolvería de manera adecuada con el empleo de un "lenguaje inventado": sobre una base léxica fundamentalmente española, injerta el ritmo sintáctico del quechua.
En Agua los conflictos sociales y culturales del mundo andino se observan a través de los ojos de un niño. El mundo indígena aparece como depositario de valores de solidaridad y ternura, en oposición a la violencia del mundo de los blancos. |
Yawar fiesta
(1941)
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Con esta obra el autor cambia algunas de las reglas de juego de la novela indigenista, al subrayar la dignidad del nativo que ha sabido preservar sus tradiciones a pesar del desprecio de los sectores de poder.
Este aspecto triunfal es, de por sí, inusual dentro del canon indigenista, y da la posibilidad de entender el mundo andino como un cuerpo unitario, regido por sus propias leyes, enfrentado al modelo occidentalizado imperante en la costa del Perú. |
Los ríos profundos
(1958)
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En esta obra se nos muestra la formación de su protagonista, Ernesto (que recobra el nombre del niño protagonista de algunos de los relatos de Agua), a través de una serie de pruebas decisivas.
Su encuentro con la ciudad de Cuzco, la vida en un colegio, su participación en la revuelta de las mujeres indígenas por la sal y el descubrimiento angustioso del sexo son algunas de las etapas a través de las cuales Ernesto define su visión del mundo. El mundo de los indios asume cada vez más connotaciones míticas, erigiéndose como un antídoto contra la brutalidad que tienen las relaciones humanas entre los blancos. |
El Sexto
(1961) |
El Sexto, representa un paréntesis con respecto al ciclo andino. "El Sexto" es el nombre de la prisión de Lima donde el escritor fue encarcelado en 1937-1938 por la dictadura de Benavides. El infierno carcelario es también una metáfora de la violencia que domina toda la sociedad peruana. |
Todas las sangres
(1964) |
Con Todas las sangres, Arguedas reanudó, sobre bases más amplias, la representación del mundo andino. Del relato autobiográfico se pasa a un cuadro general que comprende las transformaciones económicas, sociales y culturales que suceden en la sierra peruana. A través de la historia de una familia de grandes latifundistas, el autor afronta las consecuencias del proceso de modernización que avanza sobre un mundo todavía feudal.
Todas las sangres es un proyecto narrativo de largo aliento y mucho más ambicioso, pues pretende sopesar todos los modelos que se presentan como alternativos para construir y configurar la sociedad peruana. A ello obedece su estructura coral, en la cual se enfrentan el proyecto capitalista, el orden feudal y un boceto de capitalismo nacional. Pero el autor invalida cada uno de ellos, proponiendo como legítimo un modelo social comunitario que no desdeña, empero, la modernización. |
El zorro de arriba y el zorro de abajo
(1971) |
El zorro de arriba y el zorro de abajo, es la última novela de Arguedas, que se publicó póstuma en 1971 y quedó inacabada por el suicidio del escritor.
Los capítulos que consiguió escribir están ambientados en Chimbote, un puerto pesquero del norte, que sufre un desarrollo impetuoso y caótico. El autor alterna la representación dramática de los costes humanos de este crecimiento, especialmente la pérdida de identidad cultural de los indios trasplantados a la ciudad, con apuntes de diario, de los cuales emerge la decisión, cada vez más inexorable, de suicidarse. |
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