Antecedentes
 
 
 

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La epopeya
Villa como laboratorio de una sociedad socialista

 
 
 
Historia de una ciudad: Villa El Salvador, Lima - Perú
Construcción
Crisis
Modernidad?
La epopeya
1971
1975

Villa el Salvador
laboratorio
de construcción
de una
sociedad socialista

Hacia la Comunidad Urbana Autogestionaria de Villa El Salvador (CUAVES)

Durante ese primer año (1971) la población se había dotado de manera bastante autónoma de un primer núcleo de dirigentes, quienes atendieron las necesidades más apremiantes de la primera instalación urbana.

La construcción de una vía que asegurara la comunicación vehicular con Lima fue una de las primeras prioridades. Del mismo modo, hubo gran preocupación por construir escuelas para que los niños no se retrasaran en su vida escolar.
Otras tareas como la instalación de los primeros postes de alumbrado eléctrico y la construcción de pozas para la distribución del agua que transportaban camiones cisternas también fueron motivo para la organización de la población y para el surgimiento de los primeros dirigentes.
En esto actuaban quienes tenían mayor experiencia política y se destacaba un grupo de activistas con simpatías de izquierda y también algunos apristas.
La decisión del SINAMOS ante este cuadro organizativo fue desconocer a estos dirigentes, declararlos cesados y anunciar que a partir de 1972 se empezaría a elegir nuevos dirigentes conforme a un plan de organización  vecinal que ellos habían diseñado. Así, el SINAMOS empezó su trabajo en VES de una manera bastante vertical.

Sin embargo, la concepción organizativa alentada por el SINAMOS era bastante refinada y fruto de un estudio cuidadoso sobre cómo apoyar la participación de los pobres en la esfera política. El arquitecto Diego Robles había elaborado unos criterios desde la Oficina Nacional de Pueblos Jóvenes, ONDEPJOV, una oficina del Estado especializada en barriadas. Estos lineamientos afirmaban el principio de la organización vecinal. Según esta propuesta, los pobladores debían colaborar organizadamente en tareas de saneamiento urbano, como instalación de servicios básicos, luz y agua.
El planteamiento de ONDEPJOV fue perfeccionado en SINAMOS. En efecto, en SINAMOS se entendió que esos mecanismos asociativos no estaban mal, pero que eran sólo temporales, valían para la época de instalación cuando la gente carecía de esos servicios, pero que luego cuando éstos se obtenían desaparecían las instituciones creadas para ello. En SINAMOS se quería construir organizaciones permanentes de la población y para eso se brindó apoyo a instituciones populares que cumplieran otras tareas además de colaborar en el saneamiento urbano.
Así, SINAMOS enfatizó la educación, salud, producción y servicios, como actividades en las que la población organizada en instituciones tendría algo que decir y que hacer para alcanzar el desarrollo. En el caso de VES, como esta comunidad estaba recién naciendo, al transferirle estas responsabilidades a las instituciones de base, la población se sintió convocada a un proyecto conjunto y así el SINAMOS fue instrumental en la conformación de una tradición de participación colectiva en los asuntos de la comunidad.

Los dirigentes populares más importantes de esos años fueron Antonio Aragón, Apolinario Rojas, y Epifanio Pérez Yarasca. Este último había sido uno de los organizadores de la invasión de Pamplona, había sido enjuiciado por ella y era chofer de profesión. No era militante de ningún partido político pero tenía clara simpatía por la izquierda y el socialismo, al grado que antes de invadir Pamplona participaba en una asociación pro-vivienda llamada Delfín Levano, uno de los héroes del anarco-sindicalismo peruano, integrante de la generación que cincuenta años atrás había conquistado la jornada de las ocho horas.
Pérez Yarasca fue tremendamente activo durante el primer año, organizando las tareas en favor de la escuela y se volvió muy famoso cuando Velasco mismo le anuló el juicio que le había abierto Artola. Por su lado, Aragón y Rojas habían tenido una larga participación en las luchas políticas de las dos décadas anteriores. Ambos habían sido trotskistas y compañeros de Hugo Blanco, quien había dirigido las tomas de tierras de los campesinos del Cusco durante los años 60. Dada su formación, ellos rechazaban el control vertical de las instituciones populares por parte del Estado. Pero cuando VES se fundó ambos ya se habían apartado del troskismo y sobre todo Aragón veía con bastante simpatía la obra de Velasco. Además, hay que considerar la presencia de un grupo de dirigentes apristas que veían que el gobierno militar realizaba buena parte de su propio ideario, aunque no contaba con el sostén de su partido. Por ello, su actitud era por lo menos ambivalente ante el régimen.
En síntesis, el principal núcleo de dirigentes políticos de la primera hora en VES no estaba partidarizado, aunque tenía una orientación izquierdista y un deseo de colaborar con el gobierno en la idea de construir una comunidad modelo para los más pobres de Lima. ¿Por qué no pensar en un laboratorio que anunciara la venidera y hermosa sociedad socialista? Así, el núcleo dirigente inicial es una muestra de las diversas influencias que conformaron la comunidad originaria de VES.
Esta no se inspiró solamente en el designio del SINAMOS, sino que además recibió el influjo de la tradición sindical y socialista que ya llevaba más de medio siglo de actuación entre los trabajadores peruanos.
 

La cuarta y la décima regiones de SINAMOS tuvieron injerencia en VES y mantuvieron posiciones encontradas. Fue a través de ellas que se expresó la lucha interna del gobierno militar. La cuarta región apoyaba la idea de entregar títulos individuales de propiedad a cada familia y formar una cooperativa de socios individuales, que fuera la propietaria del conjunto de los servicios urbanos. La cuarta región trabajaba en VES con el apoyo de los dirigentes apristas.
La décima región del SINAMOS tenía un propósito más audaz, que fue concebido básicamente por Antonio Aragón, quien quería que VES se transformara en una Comunidad Urbana Autogestionaria. El había convencido a la décima región de que los títulos de propiedad sobre los lotes debían ser colectivos y estar en manos de las instituciones populares representativas de toda la comunidad. Además querían que la comunidad se orientara a la producción y fuera un agente activo del desarrollo económico industrial en cooperación con el Estado. Por eso sostenían que la prioridad era la construcción de fábricas y no de casas, y alentaron la transformación del asentamiento en un distrito industrial.
Esta propuesta acabó imponiéndose gracias a un hábil manejo de las contradicciones y Aragón se transformó en el dirigente más influyente de la primera hora.
Las ideas de Aragón para VES tenían un alto contenido utópico y en cierto sentido eran irrealizables. Así, la gente quería un título individual de propiedad y lo acabaron obteniendo. Así también, la gente quería comenzar construyendo sus casas y obteniendo agua y luz. Pero el sueño de Aragón era una apuesta para el porvenir que despertó grandes ilusiones. Estas se basaban en su confianza en la cooperación como mecanismo para conquistar un mejor futuro para los que carecían de todo. Así, el proyecto de fundación, a pesar de su falta de realismo, y quizá gracias a ello, fue fundamental para la organización inicial de VES porque despertó la autoconfianza de la población, dándole seguridades sobre su capacidad para sembrar una ciudad en el desierto y señalándole metas con las que medir su esfuerzo.
En 1973 los dirigentes vecinales se reunieron dos veces en grandes asambleas; primeramente, forman la Cooperativa Integral Autogestionario (CICA), luego, en la 1era Convención de dirigentes y delegados constituyen la CUAVES (Comunidad Urbana Autogestionaria de Villa El Salvador). Y como primer Secretario General de la CUAVES fue: Apolinario Rojas Obispo.
En esas asambleas la tendencia de Aragón logró consolidar su control del poder local. Para aquel entonces el mismo SINAMOS había logrado superar algunas de sus contradicciones institucionales, constituyendo una sola oficina local bajo control de la décima región.
Es más, a lo largo de esos dos años iniciales de VES, se centralizó incluso la acción de los diversos ministerios y otras oficinas públicas a nivel local.
En efecto, el gobierno constituyó un equipo multisectorial que coordinaba toda la acción del Estado en VES. Este equipo estaba presidido por el general Muñoz Carlin, quien comandaba la oficina local de SINAMOS. En ausencia del general, los proyectos que el Estado apoyaba a nivel local quedaban a cargo de Jorge Carbonell, a quien vimos aparecer como uno de los profesionales jóvenes que desde la década anterior trabajaban para el Estado en oficinas especializadas en barriadas.
Carbonell colaboró bastante con Aragón y juntos sacaron adelante un plan de desarrollo que buscaba realizar las ideas con las que nacía la CUAVES. Entre otros objetivos, este plan buscaba canalizar el ahorro interno, para que sumado a préstamos de agencias estatales, se formara una caja de ahorro local. Esta caja de ahorros debía financiar empresas comunales destinadas a producir y/o comercializar los bienes esenciales que consumía la comunidad, desde herramientas hasta medicinas. El plan empezó a ejecutarse con bastante ímpetu y gozó durante sus primeros años de bastante apoyo estatal.
Desde su fundación VES tuvo bastante fama, lo que permitió que sus dirigentes canalizaran préstamos y donaciones para sus proyectos de desarrollo. Así, la CUAVES recibió donaciones de Alemania para montar sus primeras empresas.
Inclusive el entonces presidente del Banco Mundial, Robert McNamara visitó la comunidad, momento en el que Aragón sacó a relucir sus más íntimas convicciones y embanderó la CUAVES con los colores de Vietnam. El hecho es que estas visitas, sumadas a las del mismo presidente Velasco y sus ministros, dieron lugar a que los dirigentes y los mismos pobladores de base se sintieran protagonistas de un hecho superior e inédito en la historia del Perú. La promesa de una comunidad autogestionaria fue vivida como la encarnación de un modelo, como el nacimiento de un paradigma destinado a ser replicado.
Los años de fundación fueron un período en el que, más allá de las tensiones, hubo una convivencia entre la acción del Estado y las instituciones populares. Este período inicial fue más bien breve y ya veremos cómo se desmoronó más adelante, pero fue capital porque en ese momento se cimentaron las bases de la identidad subjetiva de su población. Esos años iniciales fueron importantes también porque al formar la CUAVES la población se dotó de una institución representativa que no era un apéndice del régimen, sino que se organizó para cumplir tareas permanentes que la proyectaron como agente principal del proceso de urbanización. Así, el balance del SINAMOS es ambívalente, porque por un lado ayudó a crear a la CUAVES y con ello estimuló la participación, pero también intentó encuadrar y manipular a la población.

CUAVES
Para saber mas:
el chango Antonio Aragón Gallegos
 
Apolinario Rojas Obispo
en la foto (1980) Antonio Aragon y Apolinario Rojas

Antonio Aragón Gallegos, llamado el "Chango" Aragón, unos de los más importantes líderes de Villa El Salvador, era un socialista utópico que participó en el movimiento de campesinos con Hugo Blanco en el Cusco en la década de 1960.
Aragón propuso organizar Villa El Salvador como un “socialismo autogestionario” y fue entre los fundadores de CUAVES .
En 1971 es en el partido Socialista de los Trabajadores (trotskista) con Hugo Blanco. Después en el partido Socialista Revolucionario (PSR) en 1976 con los líderes del gobierno de Velasco Leonidas Rodríguez, Jorge Fernández Maldonado y Enrique Bernales. De aquí Antonio Aragón funda el PSR - Marxista - Leninista con Carlos Urrutia. 

 

El viejo luchador socialista Apolinario Rojas Obispo en su juventud, había estudiado Economía y Contabilidad en la UNMSM y luego había sido dirigente obrero en el sector textil de Lima metropolitana.
Fue fundador y primer Secretario General  de CUAVES en 1973 y uno de más activos forjadores del CUL (Comando Unitario de Lucha que lideró las huelgas del 1977).
Sindicalista en Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), impulsó también la formación de la Federación Departamental de Pueblos Jóvenes y Asentamientos Humanos de Lima y Callao.
Falleció en los inicios de la década de los años 90.

Recopilamos una lista de lideres CUAVISTAS de los primeros años de Villa El Salvador:
Delfín Gallarday, Léster Sánchez, Torres Panduro, Sócrates Solís, Enrique Ravello, Pérez Yarasca, Félix Arroyo, Galindo Santiváñez, Enrique Jaramillo, José Bautista, Antonio Jimenez, Huamaní, Viriato Flores, Abanto, Blas, Roa, Masías, Morales, Eugenio Vallejo, Hidalgo, Martínez, Bonilla, Quiroga, Hipólito Sanchez, Olinda Goycochea, Segundo Díaz, Palacios, Vera, Victor Nicho, Enrique Pastor, Roel Barrenzuela, Juan Arbañil, Odilon Mucha, Miguel Rubio, Miguel Villalba, Miguel Gonzales Turco, Julio Calle, Irene Ortiz.

La homogeneidad generacional y social
Los fundadores de VES recibieron del gobierno un lote por familia, por el que no tuvieron que pagar nada, y allí empezaron a levantar sus primeras viviendas. Inicialmente, éstas fueron bastante elementales y rudimentarias, al grado que los agentes censales de 1972 decidieron considerar a casi todas las casas de VES como viviendas precarias, ya que de 18 mil viviendas existentes sólo 500 fueron consideradas por el censo en buenas condícíones.
Pero, aunque rudimentarias, estas viviendas eran propias, lo que motivó un tremendo impulso a la autoconstrucción. La mayoría de los vecinos ahorraban en materiales de construcción y el visitante del primer año se sorprendía al encontrar delante de las chozas de esteras las primeras pilas de ladrillos y bolsas de cemento que anunciaban que ya estaban empezando a construir sus viviendas con materiales más sólidos.
Todo ello provocó que la comunidad de fundadores fuera bastante homogénea. A la homogeneidad generacional hay que sumarle la social, porque en VES se concentró una masa de familias pobres que debido a su densidad definió la naturaleza social del barrio. En VES no había, como en casi todos los otros distritos populares de Lima, siquiera una pequeña clase media.

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