|
|||||||||||||||||||||||||||||||
paseando por Villa El Salvador : |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
El Antropólogo Matos Mar explicaba (en los inicios de los 80) la nueva Lima que se imponía en los conos, con su cultura y su informalidad progresista. Matos decía: 'El cementerio más bello del país está en Nueva Esperanza, con sus tumbas ubicadas en una quebrada como andenes y sus fiestas costumbristas, con su cerveza y sus bandas folclóricas'. |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Un camino tortuoso y serpenteante. Un caos de cruces y lápidas anónimas. Agitación, desorden, pregones y letanías. Gente que llora, gente que ríe, gente que intenta recordar...ay, pero los recuerdos son como las flores, se marchitan con el tiempo.
|
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Y nunca el arpa derramó notas más tristes. Y nunca la cerveza fue más amarga. Penas, congoja y dolor; también breves espasmos de alegría en un cementerio maquillado de feria dominical, con maquinitas de pompas de jabón, manzanas dulces y hasta un carrusel de caballitos desportillados. |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Peregrinación, movimiento, ir y venir de deudos que esquivan charlatanes de prodigiosa verborrea, ollas humeantes repletas de chanfainita y torres de cajas de cerveza, para llegar a la tumba de su ser querido; entonces, ellos se arrodillan, musitan una oración, brindan por la memoria del familiar o el amigo ausente. |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Sentimientos encontrados. Tristezas y alegrías en el cementerio Nueva Esperanza en Villa María del Triunfo (Lima), donde un hombre enjuto y desaliñado enciende una vela en memoria de su amada y un anciano ahoga las penas en un vaso de cerveza, mientras su hija le da una “manito” de pintura a la tumba de su madre. | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Y una banda de músicos arremete con una movida marinera y un viejecillo entona responsos en latín, "para darle una ayudadita a las almas que aún no llegan al cielo", anuncia al ofrecer sus servicios profesionales al módico precio de cinco soles... "casi un regalo, señor; además, su difunto bien se lo merece". Los músicos cargan sus arpas, violines y bombos y van de tumba en tumba. ¿Quién quiere agasajar a su ser querido?, dicen con el hilillo de voz que les queda después de subir y bajar por los senderos empinados de un cementerio que se extiende por las faldas de un puñado de cerros. |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
"Nos quedaremos hasta las 8 de la noche, como todos los años", arregla, sacude, desempolva su gastada indumentaria el danzante Arruzcha, quien desde hace 20 años baila con tijeras y se tutea con los difuntos y las ánimas. Los vivos visitan a los muertos... y familias enteras rodean las rústicas sepulturas, para adornarlas con flores, enderezar las cruces a punto de caer y, claro hablar con el difunto, hacerle preguntas y contarle tantísimas cosas, buenas o malas, cotidianas o extraordinarias y por qué no, invitarle un vasito de cerveza, chicha o aguardiente. Brindar por su memoria. |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Un reencuentro para regar los recuerdos que comienzan a marchitarse, a volverse difusos, esquivos, cada vez más lejanos... y es por eso que los deudos contratan a los músicos que tocan las canciones favoritas del difunto o preparan o compran su platillo favorito. |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|