Antecedentes
 
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Lima

entre
el 1945
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el 1970
 
 

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Lima
Las invasiones
y los
invasores

 
 
 
Historia de una ciudad: Villa El Salvador, Lima - Perú
Construcción
Crisis
Modernidad?
Antecedentes

Lima Plaza San Martin en 1950
Lima entre el 1945 y el 1970

A partir de 1945 y a lo largo de las siguientes décadas se ha producido un aumento significativo de las migraciones campo-ciudad.  Así tenemos que de acuerdo al censo de 1961, Lima estaba habitada por un millón ochocientos mil habitantes, de los cuales casi la mitad habían nacido en provincias. El número de provincianos en la capital de aquel entonces era un Testimonio de la magnitud de las migraciones internas durante la década de 1950. Aunque otra lectura de esa misma cifra es que ya había casi un millón de nacidos en Lima, lectura que subraya el gran crecimiento vegetativo propio del siglo. Por su lado, el 35% de estos migrantes había llegado a Lima antes de 1945 y el 65% después de esa fecha.
Así, las cifras mostraban que la fecha clave era 1945, cuando se había pro­ducido una transformación importante del carácter de los migrantes. Ya no se trataba solamente de clases medias interesadas en terminar de situarse en la sociedad capitalina; ocurrió que después de la Segunda Guerra Mundial la capital se vió inundada por provincianos que habían sido campesinos.

Tanto los campesinos de hacienda como los de comunidad dejaron sus ocupaciones ancestrales y se trasladaron masivamente a las ciudades en un proceso que lógicamente ha fascinado a las ciencias sociales peruanas y sobre el cual existe una abundante bibliografía.
Al apreciar las características demográficas del siglo XX en el Perú, se encuentran tres etapas algo desiguales, siendo solamente la segunda la época de las grandes migraciones internas. Grosso modo, esta etapa empezó después de la Segunda Guerra Mundial y terminó durante la década de 1970. El pico más alto de las migraciones se produjo durante la década de 1960 y para los años 1970 ya había comenzado a declinar. Así, por ejemplo, durante los años 1960 la población de Lima creció a un ritmo de 5.5% anual, lo que constituye su récord histórico.
Las cifras muestran cómo a lo largo del siglo XX la urbanización fue un fenómeno general. Es decir, no sólo creció Lima sino que además las siguientes 12 ciudades lo hicieron también y al mismo ritmo que la capital.
Lima pasó de ser el 5% del total nacional a comienzo desiglo al 24% en 1970. Es decir, en este lapso Lima pasó de alojar a un peruano de cada veinte, a uno de cada cuatro. Posteriormente ha seguido subiendo su participación, aunque disminuyendo el ritmo, hasta alcanzar en los años '90 al 29% del Perú que vive en Lima Metropolitana.

Así, el Perú ha seguido un proceso demográfico bastante clásico, por el cual finalmente las curvas de natalidad y mortalidad se estabilizan a un nivel relativamente bajo. Esta situación es opuesta a la demografía del antiguo régimen, donde por el contrario ambas curvas son bastante altas. Esta transición demográfica se había completado en Europa y en los Estados Unidos durante el siglo pasado. En el contexto de la región latinoamericana, el Perú ha sido uno de los países más retrasados en esta evolución, junto con el Caribe y el resto del área andina.

En el caso particular de Lima, la concentración demográfica era sólo expresión de una enorme centralización del poder, tanto político, como económico y social. Por ejemplo, administrativamente la capital era la sede de virtualmente todo organismo de gobierno de un aparato estatal tremendamente centralizado. Así, a lo largo de los primeros ochenta años del siglo sólo hubo tres elecciones de autoridades municipales: una en 1919, y dos durante el primer gobierno de Belaunde (1963-1968), Tampoco existían autoridades regionales y entre dos funcionarios nombrados por el Ministerio del Interior, alcaldes y prefectos, se ejercía el poder local en las provincias del Perú. Así, el centralismo limeño había arrasado con las tradiciones de poder local.

La centralización económica del Perú era también muy significativa. Por ejemplo, en 1970 Lima producía las 4/5 partes de los bienes industriales y empleaba a las 2/3 partes de los trabajadores industriales del país. La concentración bancaria era incluso superior y alcanzaba el 95% de las colocaciones. Este proceso económico se expresaba en la primacía social de la capital, que había empujado a grupos enteros de las élites provincianas a trasladarse a la capital en busca de alcanzar un destino, que aparecía imposible sin disponer de conexio­nes permanentes en la capital. Incluso en el caso de las élites regionales más poderosas, como la arequipeña y la trujillana, las familias importantes buscaban colocar a algunos de sus integrantes en la capital para seguir disponiendo del control a nivel regional.

Desde los años cincuenta fue frecuente vincular a los campesinos recién llegados a Lima con la expansión de las barriadas. Aunque hay algo de cierto en esta conexión, conviene tener presente que no es absoluta. Para 1961, sólo el 22% de los provincianos que vivían en Lima lo hacían en barriadas. Muchos provincianos vivían en los viejos distritos populares del centro de la ciudad, e incluso en los distritos más acomodados: Miraflores y San Isidro, donde el 40% de sus habitantes había nacido en provincias.
Pero, en lo que a las barriadas se refiere, el 80% de los adultos eran de origen provinciano, lo que hacía lógica la relación que tanto los estudiosos como la población en general hacían entre el fenómeno barrial y el aumento de las migraciones. Resulta que si se distinguen los grupos sociales y geográficos de origen de los migrantes, se encuentra que en las barriadas se hallaban precisamente quienes habían sido campesinos.

Desde aquella época ha sido frecuente también la vinculación de las barriadas con un asentamiento situado en los extremos desérticos alrededor de la capital. Había terminado una época donde los más pobres habían logrado ubicarse al inte­rior del valle de Lima. Durante la primera mitad del siglo XX, al comenzar la transformación del valle del Rímac en una selva de cemento, los más pobres habían encontrado espacio a su interior, normalmente en las zonas eriazas sin propietario particular, como cerros áridos y playas de piedras del rio Rímac.

La cronología de estas barriadas fue establecida por Carlos Delgado en un estudio muy influyente que muestra cómo hasta 1950 se encuentran barriadas interiores que luego han sido rodeadas por la urbanización convencional. Pero, desde los 50 se terminaron estos terrenos y la presión demográfica de los pobres que no podían pagar por un lote urbanizado se dirigió hacia los desiertos que limitan con el valle. Así, se estableció una nítida demarcación geográfica y social entre la urbanización convencional y las barriadas periféricas.
Las conclusiones de Carlos Delgado sobre la cronología de las barriadas de Lima fueron vueltas a considerar en el estudio de Jean-Claude Driant, quien ha sistematizado la expansión de la forma barrial en los desiertos que rodean Lima. De acuerdo a Driant, la formación de las barriadas periféricas ocurrió a lo largo de la década de 1950, cuando se iniciaron los conos Norte y Sur. El cono Norte fue el primero en formarse y también el primero en adquirir una densidad significativa.
Durante los 60 y sobre todo en los 70 ambos conos crecieron significativamente gracias a las modernas pistas que construyó el gobierno de Velasco. Durante los años 70 se completó el proceso periférico con la conformación del cono Este.
El caso es que las barriadas interiores fueron mayormente absorbidas, por la ciudad convencional y en cierto sentido casi no se distinguen de los tugurios del centro de Lima o de los viejos barrios populares.

Mientras que las barriadas periféricas han conservado una forma propia de producir su hábitat y con propiedad es a ellas que está destinada la reflexión que se encuentra en estas páginas.

La formación de las barriadas periféricas obedece también a la incapacidad de los viejos barrios populares para asimilar a la totalidad de los nuevos migrantes. La causa principal fue que simplemente no había en ellos el espacio suficiente para incorporar a tanta nueva población. En la víspera de las grandes migraciones había cuatro grandes barrios populares en Lima, que correspondían a dos épocas distintas de su historia. El Rímac y los Barrios Altos tenían pasado colonial. Los Barrios Altos estaba formado sobre lo que había sido El Cer­cado tradicional, donde estaban reducidos los indios que vi­vían en la Lima de los siglos XVI y XVII. Por su lado, el Rímac estaba situado en la margen norte del valle, que fue mucho menos urbanizada y era un barrio donde al final del XIX coincidían sectores populares con un sector de clase media.

En segundo lugar había dos barrios populares republicanos. La Victoria es el característico ejemplo de espacios urbanos formados durante el siglo XIX. Así como Breña es el ejemplo típico de los barrios populares conformados durante la primera parte del siglo XX. Ambos se formaron gracias a urbanizaciones realizadas sobre tierras que fueron ganadas al área agrícola después del derrumbe de las murallas coloniales en la segunda mitad del siglo XIX.
Evolución de la población de Lima Metropolitana
(con esclusión de la provincia constitucional del Callao)
Año
1951
1953
1961
1969
1981
1993
1997
2000
2007
Población
835.000
964.000
1.262.100
2.541.300
3.573.227
5.363.270
5.930.318
6.271.530
7.605.742
  1
Lima
entre
el 1800
y
el 1945
  2
Lima

entre
el 1945
y
el 1970
  3
Lima
Desde
los barrios
hacia
las barriadas
  4
Lima
Las
invasiones
y los
invasores
 
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