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Una mariposa en Villa: Maria Elena

por

Javier Bernaola
Villa El Salvador
2004

"Somos un Pueblo que ha sabido imponerse a la adversidad para construir grandes civilizaciones a través de los siglos, haciendo del trabajo común su herramienta principal.
Así llegamos a Villa El Salvador desde diferentes partes del Perú, con una herencia irrenunciable: La rica experiencia acumulada a través de los siglos.

      Maria Elena Moyano no solo es la lideresa de la Federación Popular de Mujeres de Villa El Salvador, quien valiente y heroica se enfrentó a la violencia terrorista. María Elena Moyano es la expresión de un pueblo audaz que no espera, que se organiza para construir de forma solidaria y democrática un mundo mejor. Por eso aun está con nosotros, como energía vital para el desarrollo del País, a través de las Organizaciones Sociales". ¡Maria Elena Moyano vive en el Pueblo Peruano!

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Una mariposa en Villa: Maria Elena
Hoy es momento de marcar hondo
El sello imborrable de dolor, de impotencia
Y la alegría de ver pasar la tormenta,
Nos invita a un día de Sol y Verdad.

Revestido con la sonrisa de mis hijos,
dedico este cuento,
como un fuerte abrazo y gracias sincero...
Para María Elena Moyano, la VENCEDORA
El Sol extiende sus tibios dedos sobre el atardecer y acaricia nuestro pequeño jardín. Alborotada conversación se da cita todas las tardes, cuando los pajaritos narran a sus hijos sus diarias aventuras por el mundo. Preguntas y respuestas, risas y llantos. Cerca de ellos, oculto entre las hojas, un capullo se retuerce con desesperación, en su interior se encuentra María Elena la mariposa, que entusiasmada por las diarias charlas quiere salir lo mas pronto posible.

Los pajaritos siguen dramatizando sus aventuras del día. María Elena forcejea el resquebrajado capullo y por las rendijas se penetra el aroma de las flores, esa fragancia le da mas ánimo. Se encoge y estira cada ves con más fuerza, hasta que logra desprenderse totalmente.

Sorprendida por lo que ve trata de no moverse. Observa al aire danzar con el aroma de las flores y un pequeño nido con dos pajaritos de mirada vivaz que aletean torpemente, bajo la atenta mirada de sus padres. Quiere hacer lo mismo pero se detiene, al ver a dos niños corretear alegremente por el jardín, alentados por sus padres desde un sillón no muy distante.

Entre risas y saltos llega la noche. Solo el aire y el aroma de las flores siguen danzando, al compás del suave palmear de las hojas, colmando el ambiente del pequeño jardín.

Con el cantar de los pajaritos Maria Elena despierta. Bostezando alegremente divisa los primeros rayos del Sol entre las hojas y suelta sus ganas reprimidas de volar. Va cantando de flor en flor. Es blanca y hermosa, grande y doblemente hermosa. En sus alas puntillos de colores matizan su elegante vuelo. Encantados por la hermosa melodía, los pajaritos se animan a salir del nido y la acompañan. El ambiente se carga de mas alegría cuando irrumpe la risa de los niños quienes van tras la mariposa y los pajaritos...!Que felices corren tras ellos! Los alcanzan con la mirada, les acarician con la sonrisa.

María Elena está feliz, pero una fuerte y extraña sensación le inquieta. Mirando el cielo azul siente la necesidad de volar y seguir volando. Sin darse cuenta atraviesa el cerco de flores y se aleja del pequeño jardín. Los pajaritos no se atreven a seguirla y los niños sólo la observan sin buscar explicación. Vuela cada ves más alto, hasta que una voz extraña la detiene.

  • Hola María Elena, te esperaba –
  • ¿Quién eres? – pregunta la mariposa.
  • Soy el Viento, vengo a llevarte a que cumplas con tu misión-
  • ¿A llevarme, a donde?- insiste la bella mariposa.
Pero el Viento no responde y comienza a soplar lentamente. María Elena desesperada, trata de escapar pero no puede, el Viento es mas fuerte. A pesar de eso lucha, pero ya esta cansada, sorprendida, y se deja llevar...Durante el viaje mira a su alrededor. Es tanto su entusiasmo por la vida que comienza a sentir placer discurriendo por las delicadas turbulencias del Viento. Dándose vueltas encoge y estira las alas, cierra los ojos y recuerda su niñez en el capullo, se siente feliz sin darse cuenta. El Viento se detiene delante de una montaña. María Elena, parándose sobre una roca, recobra su extrañeza y vuelve a preguntar.
  • ¿Para qué me traes a este lugar?-
  • Esta montaña encubre a un extraño pueblo. Por las noches se escucha un intenso y ligero lamento. He tratado de penetrar en él y no puedo. Sólo tú puedes ingresar – responde el Viento.
  • Pero si tú eres más fuerte y...¿Por qué tendría que ingresar a ese pueblo?- dice María Elena
  • Sólo puedo decirte que en él se encuentra tu madre. Ella es mi amiga y me envió por ti. Tienes que ingresar, búscala y pronto la encontrarás. Si me necesitas llámame y aquí estaré ¡Suerte!.
La mariposa intenta seguir preguntando, pero el Viento se aleja sin mirar atrás. Luego de meditar la mariposa alza el vuelo. A su paso, culebras y ratas le dicen que no ingrese, tratan de infundirle temor. Pero María Elena aun es pura, no conoce el miedo. Volando por una quebrada, recuerda a los padres de los pajaritos y los niños del jardín, hasta ella llegó un poco de ese amor. Mientras avanza, su decisión es mas firme...necesita a su madre.

Al encontrar la entrada, una cortina nubosa le impide el paso, casi no se puede ver. Al ingresar, la mariposa agita las alas con mayor fuerza, el ambiente es muy pesado, todo está opaco y maloliente. La gente como adormecida, caminan con la mirada fija en lo que hacen y no hacen, tropezándose entre ellos. Un ruido raro y tenebroso se impone. María Elena apurada pregunta por su madre, pero nadie responde, no la escuchan. Ve niños quejándose de dolor, hombres y mujeres moribundos regados por el suelo. En sus rostros pálidos y verdosos se expresa una ligera sonrisa fúnebre, que la estremece.

  • En este pueblo no hay flores ni pajaritos, los niños no juegan, no ríen. - murmura María Elena. Buscando a su madre, se detiene sobre la rama polvorienta de una planta y sigue preguntando.
  • ¿Alguien ha visto a mi madre, una mariposa como yo? ¡Por favor contéstenme!-
María Elena impaciente espera una respuesta, pero la demora le preocupa y la entristece. Ya ha buscado por todo el pueblo. En ese instante divisa una pequeña planta que lentamente se va incorporando. Polvorienta y casi marchita se sacude. Una de sus flores abre ligeramente sus pétalos, a pesar de todo no ha perdido su color. Y con voz agonizante le responde:
  • No sigas buscando tu madre ya no está, vivió y murió entre nosotros. Tratamos de protegerla pero fue inútil.-
En ese instante María Elena descubre la tristeza, quisiera estar nuevamente en el capullo. Confundida por un dolor extraño, pregunta con desgano:
  • ¿Por qué se quedó en este lugar tan feo, que está sucediendo?-
  • Este es un pueblo que sufre el hechizo de un poderoso y malvado Brujo. Sólo sabemos que la belleza y sinceridad es inmune al hechizo – responde la flor-
María Elena sigue sin entender, a pesar de su tristeza escucha atentamente.
  • Las demás flores murieron, muy pocas sobrevivimos encubiertas en el polvo. Tu madre fue nuestra amiga – continúa la flor – Ella nació aquí, cuando regresó, nos encontró así y sintió el deber de ayudarnos. Voló por todo el pueblo buscando una explicación a lo que sucedía. El Brujo trató de eliminarla, le tenía gran temor. Envió culebras y ratas para que la vigilaran. Le ofrecieron riquezas y no aceptó, la amenazaron y no temió, ella no era un falso paladín de nuestro sufrimiento. Todas las noches, tu madre nos daba aliento para soportar, exponiendo sus planes para enfrentar al Brujo.-
La débil flor hace una involuntaria pausa para reponerse y María Elena se le acerca un poco más.
  • Pasaba el tiempo y tu madre se hacía vieja. Cuando descubrió la forma de enfrentar al Brujo, ya no tenía la suficiente fuerza, así que decidió llamarte con su amigo el Viento. Estaba cada vez más débil, entre todas tratamos de esconderla, pero siempre salía a la entrada del pueblo, esperándote... Una tarde, la vimos entrar agitando las alas con desesperación, tras ella venían las ratas y culebras, fue terrible, no podía sostenerse en el aire, ni avanzar. Perdía altura y cayo...! la destrozaron!... El Brujo festejó toda la noche, las ratas y culebras desfilaban en caravanas, mostrándonos los pedazos de tu madre... –
Un largo silencio se apodera de ambas, la flor trata de reponerse y llama la atención de María Elena.

¡Tú tienes la decisión! Si quieres ayudarnos te explicaremos todo lo que tienes que hacer. Y si quieres irte de este pueblo, sólo tienes que regresar y llamar al Viento, él te llevará al lugar donde te encontró. –

Nostalgia y valentía se mezclan en su corazón y siente una extraña sensación. La mariposa se sacude las antenas y estirando sus hermosas alas, responde:

  • He venido por mi madre , díganme lo que tengo que hacer, porque quiero conocerla, para vivir con ella.-
Al escuchar la respuesta, las demás flores se reincorporan y sacudiendo el polvo de sus pétalos, envuelven con su aroma a María Elena, en señal de agradecimiento y van explicando lo que se tiene que hacer:
  • Este es un pueblo lleno de envidia y rencor. Así nos encontró el Brujo. El necesita de este lugar para poder vivir, y extendió su hechizo adormecedor sobre el pueblo. Para que todo siga igual y quedarse por siempre.
  • La belleza no puede ser hechizada por el Brujo. La risa de los niños y la sinceridad de los hombres pueden eliminarlo.-
  • El Brujo está atento a lo que sucede en otros pueblos. Para apoderarse de ellos, sale a recorrer las ciudades todas las noches, sembrando semillas de odio... pero felizmente llega el día y se tiene que esconder, porque no puede vivir con la luz del sol. –
  • Saldrás y llamarás al Viento, él te llevará en busca de SOLIDARIO, un ángel pequeño cuyo aliento despejaría la nubosidad embrujada. –
La mariposa recobra el entusiasmo y abraza la flor, quien le hace las últimas recomendaciones...

Entre vivas y aplausos la mariposa alza el vuelo. A su paso por el pueblo, las flores se levantan para saludarla y le desean buena suerte... mientras culebras y ratas se miran, sonriendo burlonamente.

Ya fuera del pueblo, la mariposa se detiene sobre una roca y llama al Viento.

  • Te estaba esperando ¿Cuál es tu decisión? – Pregunta el Viento.
  • Llévame en busca del Ángel – responde María Elena... una sonrisa se cruza entre ambos.
  • Será una tarea difícil – explica el Viento – Viajaremos a través del universo hasta llegar a la casa de Dios. Te dejaré cuando estemos cerca, debo regresar lo más pronto posible, para no desaparecer en el universo. –
María Elena acepta y alzando el vuelo monta sobre el Viento...juntos cruzan el cielo. A su paso les saludan cometas y estrellas de colores, quienes le indican el camino hacia la casa de Dios. El viaje es largo pero entretenido. El Viento narra sus aventuras por el mundo, cuando conoció a la madre de María Elena y lo felices que fueron. La hermosa mariposa viaja fascinada con los relatos. Siguen así hasta que llegan al lugar indicado. El Viento apenado se despide de ella, deseándole suerte.

María Elena emprende la búsqueda. Su vuelo es más hermoso en el universo. Una Estrellita Azul la mira con atención.

  • ¡Qué hermosa eres! ¿de dónde vienes? – pregunta la Estrellita.
  • Me llamo María Elena y vengo desde la tierra en busca del ángel Solidario ¿Cómo puedo encontrarlo? –
  • Es mi amigo, no tardará en llegar. Ven a descansar y espéralo, siempre jugamos en este lugar – responde la Estrellita.
María Elena se detiene suavemente sobre la Estrellita y mientras esperan, explica el motivo de su presencia.
  • ¿Cómo es el Ángel y por qué es tu amigo?- pregunta la mariposa.
  • Es un niño hermoso y travieso, que de vez en cuando se escapa de la casa de Dios, él inspira confianza y felicidad así como tú, por eso te voy a confiar algo.
Susurrándole al oído, la Estrellita Azul conversa con María Elena.
  • El dice que a veces se aburre, porque en el paraíso de Dios todo es perfecto, es feliz viviendo allí, pero ya quisiera asumir su función. Dice que Dios lo ha creado para fortalecer la amistad en el universo, pero que aun es muy pequeño para esa importante tarea. El ya se hizo amigo de las cometas y estrellas. Cuando tenemos problemas nos ayuda con su aliento divino...Mira, allá viene, volando alegremente. –
  • ¡Es hermoso! – comenta María Elena.
  • Cuando lo conozcas bien lo sentirás más hermoso – dice la Estrellita.
  • Hola, Estrellita Azul ¿Quién es tu hermosa amiga? – pregunta Solidario.
  • Se llama María Elena y viene desde le Tierra, en busca de tu ayuda. –
  • Te necesitamos en la Tierra – le dice María Elena, quiere explicarle pero el ángel la interrumpe con delicadeza.
  • Espera, tu sinceridad se siente desde lejos. Si es urgente vamos pronto, durante el viaje me explicas lo que sucede. Tengo que regresar lo más pronto posible, antes que se percaten de mi ausencia.
  • Estrellita Azul ¿conoces la Tierra? – pregunta Solidario –
  • Conozco el camino, recuerdo haber pasado cerca algunas veces – dice la Estrellita.
El ángel y la mariposa vuelan y se montan sobre la Estrellita, quien velozmente se dirige hacia la Tierra. Durante el viaje, María Elena explica detalladamente lo que sucede. Solidario y la Estrellita Azul también comentan sobre los secretos del universo y la casa de Dios.

La mariposa viaja muy feliz, quisiera mirar todo a la vez. Cuando están cerca de la luna, ella va empinándose para tratar de tocarla. Pero de pronto lanza un grito desesperado, haciéndolos detener en el acto.

  • ¡Miren hacia allá, es mi amigo el Viento, el me llevó a buscarte! – le dice al ángel –
María Elena, agitando las alas, llama al Viento pero éste no contesta. Se le acercan rápidamente. Ella desesperada lo acaricia tratando de reanimarlo. Luego de unos instantes, el Viento reacciona.
  • María Elena, creí que no te volvería a ver. Olvidé el camino de regreso, estoy perdido y muy débil. Te soñaba a cada instante rogando que estés bien. – dijo el Viento.
La Mariposa con profunda tristeza abraza al Viento, la Estrellita trata de calmarla. El ángel se acerca al Viento y lo revisa, palmeándolo le dice que pronto estará bien, y sopla sobre él, envolviéndolo con hermosas melodías y tiernas imágenes, que reaniman al Viento hasta quedar totalmente restablecido. La mariposa emocionada no sabe que hacer primero, si agradecer a Solidario a abrazar al Viento. Cuando todos logran reponerse, la Estrellita Azul los apresura. Así, Abrazados alegremente los cuatro amigos continúan el viaje hacia la tierra, dejando a su paso destellos de felicidad.

El largo viaje culmina y la Estrellita se detiene cerca de la Tierra.

  • Solidario, es mejor que los lleve el Viento, no conozco los caminos de la Tierra. Te esperaré aquí para encubrirte si vienen a buscarte. –
Luego de intercambiar ideas, María Elena y Solidario montan sobre el Viento y se despiden de la Estrellita, quien agita sus brazos deseándoles suerte. El Viento totalmente recuperado ingresa velozmente a la Tierra.

El día está por culminar, pero aun así, el sol prepara su mejor brillo para la gran batalla, mientras la luna preocupada en detener la noche, se asoma para observar.

Sobre la inmensidad del océano, un multicolor y enorme Arco Iris reluce intensamente, dando la bienvenida al ángel Solidario, quien con profunda admiración contempla el bello paisaje.

  • ¡Es increíble, la Tierra es igual a la casa de Dios! – comenta el ángel. 
María Elena le replica al instante.
  • Pronto conocerás la diferencia. Mira hacia allá, bajo esa nubosidad oscura está el pueblo hechizado, tenemos que aprovechar la luz del Sol porque en la noche el brujo es invencible.-
Los tres amigos se dirigen al lugar y se ubican en el cerro más alto, desde el cual Solidario observa la oscura nube y logra ver lo que sucede en el pueblo.
  • No podré hacerlo solo, aun soy pequeño. Mi aliento necesita más fuerza para tanta maldad. Viento, necesito tu ayuda. –
El Viento sin dudar acepta el pedido y juntos vuelan sobre la nube, escuchando a lo lejos las recomendaciones de María Elena,
  • Tengan cuidado, las culebras y ratas ya deben haber avisado al Brujo. –
Solidario sujetado fuertemente sobre el Viento, esparce su aliento sobre la nube. El Viento envuelve el aliento del ángel y trata de perforar la nube. Con fuerza van arreciando en diversas partes. La quieta superficie de la nube se va alterando. Una gran turbulencia se genera. El Viento y Solidario insisten e insisten. Agitados, escuchan un ensordecedor ruido que estremece la montaña.

Desconcertados se detienen. Intentan decir algo pero son sorprendidos... Una enorme y oscura mano emerge del interior de la nube y los sujeta.

Solidario y el Viento tratan de soltarse, pero la mano los va jalando. María Elena vuela desesperadamente tratando de ayudar a sus amigos. El Arco Iris que se había mantenido atento, agita sus colores en el mar, llamando la atención de la Estrellita Azul, quien se percata de la grave situación y a gran velocidad llega oportunamente. Solidario y el Viento se sujetan fuertemente en los brazos de la Estrellita y tratan de zafarse, pero es inútil. El forcejeo es más intenso, la mano se muestra más fuerte y agresiva. Los tres van desapareciendo en la agitada nube...

De pronto, un grito desgarrador se escucha en el interior del pueblo. Inesperadamente la enorme mano estira los dedos, como sintiendo una grave herida por dentro. Sólo así los tres amigos logran soltarse, y sorprendidos, observan como la enorme mano oscura se deshace, retorciéndose de dolor y rabia, negándose a morir...La nube se comprime poco a poco hasta desaparecer.

Los tres amigos aun más sorprendidos se juntan, pero repentinamente tienen que dar paso a una bola negra que muy cerca de ellos despega en veloz vuelo, hacia un lugar desconocido.

En el interior del pueblo miles de mariposas vuelan alegremente. Las flores con esfuerzo tratan de imponer su aroma. María Elena, mas hermosa aun, se acerca a los tres amigos y juntos se unen en un prolongado abrazo. Preguntas y respuestas van explicando lo sucedido... "Mientras se producía la batalla en la superficie de la nube, María Elena, con ayuda del Arco Iris, reunió a las mariposas mas hermosas y juntas analizaron velozmente la situación. María Elena convenció a las mariposas para que ingresen al pueblo y rodearan al Brujo, quien se encontraba totalmente concentrado, luchando contra Solidario y sus amigos... Al ver ingresar a las mariposas, las flores se reincorporan y sacudiéndose lucieron su mejor color. El Brujo estaba indefenso ante la alegría y belleza de las mariposas. El aroma de las flores lo asfixiaba. Totalmente sorprendido, el Brujo gritaba de dolor y miedo, no podía seguir luchando. Es así que, retrocediendo comprimió su nube y sumergiéndose en ella huyó velozmente".

Solidario sigue esparciendo su aliento sobre el pueblo. Con el Sol poco a poco se reanima la gente. Niños y moribundos son atendidos por los del lado, confundiéndose en un acto que vuelve a estremecer los cerros. Los restos mas insignificantes del malvado Brujo van desapareciendo, el aroma de las flores se impone. Y en el contorno del pueblo, culebras y ratas emprenden veloz huida hacia pueblos cercanos.

María Elena y el Viento agradecidos, se despiden de Solidario y de la Estrellita Azul.

  • Adiós María Elena – dice el ángel – volveremos pronto, 
Así, el ángel Solidario y la Estrellita Azul emprenden el viaje de regreso a la casa de Dios. Pero antes, recorren el pueblo acariciando las flores y mariposas con admiración. El Viento los acompaña hasta salir de la tierra, pero antes se despiden del Arco Iris, que reluce con mayor intensidad en señal de agradecimiento a los valerosos visitantes.

Ahora el pueblo es como un inmenso jardín, las flores y mariposas lucen más alegres. Los pajaritos cantan y vuelan sobre los niños, que van felices y alborotados tras las bellas mariposas... María Elena ya descansa sobre las fuertes ramas de un joven árbol, recuerda el pequeño jardín donde nació y piensa en su madre a quien ya conoció.

En la inmensidad del cielo, el Sol preocupado desaparece velozmente... La Luna ya no puede seguir deteniendo la noche y con sonrisa cómplice, extiende sus brazos sobre la prolongada tarde, deslizando suavemente la cortina de un día tan esperado. Mientras tanto, entre las ramas, un capullo ya se retuerce intensamente, tratando de salir a la Vida...

     
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